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Campamento 2010 - Las doce pruebas del Gallinerix | Día a día

Construcciones de Aire Libre

por María Mir, Sara Maroño y Rebeca Jiménez

Cuando esta mañana sonó el silbato supimos que alguna nueva aventura nos esperaba. Los pequeños a talleres mientras los grupos 5 y 6 gorra, crema, calzado deportivo y cantimplora llena, nos tocaba aire libre.

Todos teníamos muchas ganas de hacer alguna actividad que junto a muchas otras nos convertirán en montañeros.

Rápidamente pensamos en una marcha, tal y como habían hecho el grupo de los pequeños días antes, pero pronto empezamos a pensar que no se trataba de eso. Nos encontramos con el grupo de aire libre, que tenía a su lado, tendida en el suelo, una rafia negra con herramientas encima: palas, hachas, cuerdas, picaretas, etc. Nos dijeron que nos repartiéramos las cosas entre todos.

Salimos del campamento cada uno cargando sus cosas. Caminamos poco y tiempo y paramos a la sombra, algunos exhaustos y otros perfectamente. Nos dimos cuenta de que el reparto no era justo ya que algunos llevaban más cosas que otros o herramientas más pesadas. Nos repartimos mejor el material y seguimos hasta el bosque al lado de las pistas deportivas del campamento. Dejamos las cosas y nos repartimos en cuatro grupos. Nuestro objetivo era construir, con nuestras propias manos, un parque para el resto del campamento. Éste estaría dotado de un puente tibetano, una pasarela, una escala y un juego de troncos.

Después de unas horas trabajando cortando troncos, tensando cuerdas y haciendo muescas usando el hacha todos estaban cansados y entonces se dieron cuenta de un pequeño detalle: faltaban dos personas.

Sara y María (es decir, dos de nosotras) se encontraban en las puertas traseras del campamento con una bolsa enorme cargada con dos troncos gordos y pesados. Al ver esto, muchos acudieron en nuestra ayuda. Una pequeña pausa, un par de chistes y todos como nuevos.

Solo faltaba atar un par de cuerdas y listo. Cuando el trabajo finalizó todos fuimos a comer cantado.